miércoles, 13 de junio de 2012

Eres el amor de mi vida.

Mi vida siempre ha sido un caos. No tengo unos padres que me quieran y la palabra "familia" nunca estuvo en mi diccionario. He sido una incomprendida durante largos años en mi adolescencia. La amistad pasó a cubrir todos y cada uno de los huecos que me faltaban para ser feliz. He sido (y seré) una rebelde inconformista atrapada en un mundo de una niña perfecta, elegante, y sofisticada. Lejos de ser eso: digo 3 tacos por frase, casi nunca llevo vestido, y soy incapaz de sentirme cómoda en una conversación en la que haya más dinero en los accesorios que sentimientos en los corazones. Intento pasar desapercibida, que la guerra de otros no me toque, y busco apoyos en los más distantes, en los que como yo: la inteligencia emocional y la sensibilidad se encargarán de guiar su camino.
Soy realista, el dinero es necesario y un capricho de vez en cuando siempre es una alegría. Necesario, no significa lo más importante, no significa destruir la vida de tu hija de 13 años sólo para conseguir ganar una casa en la mejor zona de veraneo de España y seguir manteniendo los derechos para jugar al golf en los 3 campos de golf más caros. Un tira y afloja en el cual yo no tenía nada que ver: Sin embargo yo sólo veía lágrimas incomprendidas en mis ojos. Busqué apoyo en la mejor persona que he conocido jamás, el corazón más puro con el que lograré hablar. Y sí, ella me salvó: Fue la madre que siempre tuve y que nunca estuvo.
Cumplí 17 años, y al pasar la navidad, en circustancias extrañas, conocí a la persona con la que mejor me he compenetrado jamás. Y me empezó a invadir la rabia, el deseo de olvidarla, de borrarla de mi cabeza. Y logré hacerlo durante el día pero todas, todas las noches: Soñaba con ella. Nunca he visto una mirada igual. Me he sentido el bicho raro más grande que jamás haya conocido... hasta que llegó ella. Puso mi mundo patas arriba, reconocí mi bisexualidad, y comencé a amarla como sólo yo podré hacerlo. Pero... un momento. Navarra.
Elegí irme fuera de Madrid a la mejor universidad para hacer periodismo, la carrera de mis(nuestros) sueños. Y de nuevo empezó el parón. El miedo me hizo dejar de conquistar a esa persona, dejarla con sus ilusiones a medio construir. Una vez soñé que de pequeñas nos encontramos haciendo un castillo de arena, hasta que vino mi madre lo pisó y me llevó con ella. Jamás he soñado algo tan real.
Así que me toca esperar cuatro años para amarte, me toca esperar más de mil noches para volver a ver tu sonrisa, para conseguir que me llenes como te mereces, y pagarte estos cuatro años con el mejor amor durante el resto de nuestras vidas.
Y sí, pareceré soñadora (que lo soy), loca (en parte también) y mil cosas más. Pero he conocido al amor de mi vida con 17 años. Sé que siempre te voy a amar, y me corresponderás... Si no, tiempo al tiempo.

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