Mi problema, no sé si por valioso o por cobarde, es inevitable. Inevitable porque llevo enamorada de la misma persona casi 3 años, porque intente lo que intente nunca una mirada me eclipsará de esa manera. Mi problema, es, sin duda, que soy consciente de que nunca voy a amar tanto a alguien como llegué a quererla a ella. Cada sonrisa me paralizaba, cada palabra provocaba un sonido que rompía las barreras de los cuartos, cada vez que me tocaba notaba un temblor de piernas avisando de que como no me soltase la mano pronto mi catástrofe sería parecida a la del edificio Windsor. Me iba quemando por dentro, piso a piso, compartimento a compartimento. Me abrasaban hasta los sentimientos. Por mucho que rogaba querer olvidarte no podía, quería morirme en tu sonrisa mil veces más. Quería enfadarme y gritarte, sonreírte y sentir como poco a poco mis sentidos iban cobrando menos importancia y mi amor por ti cada vez más. Fui capaz de amarte tanto que hasta deseaba una desgracia sólo para que me vieses dormir y sintieses al menos ternura por mí. Patético.. patéticamente perfecto. Porque eras la persona más imperfecta que había conocido jamás, te salías de todos mis esquemas.. pero a la vez eras tan única que sólo tu imperfección era perfecta para mi puzzle.
No quiero irme. Ni saber que en un par de años ya no sabré nada de tí. No quiero seguir intentando olvidarte, ni abrazando a gente y besando bocas que no me aporten nada. No quiero más niñatas empapeladas de adultas, ni hombres disfrazados de príncipes.
Sólo quiero a esa que he querido tanto durante tanto tiempo. Y que es capaz de hacerme soñar con sólo dejarme observarla.
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