miércoles, 5 de enero de 2011

Reir con la boca cerrada y llorar con los ojos secos

Y llegó el momento en el que me atrevo a reconocer que te echo de menos. El momento en el que cada cosa que hago me desliza un poco más hacia un pasado que creí borrar, que creímos borrar. Recibiré cuantas cartas me escriba yo a mí misma con tu remitente, y lloraré cuantas lágrimas produzcan las miradas perdidas. Doblaremos la esquina a la hora de retroceder en esa cinta corredora, y buscaremos encuentros rebuscados.

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