domingo, 16 de septiembre de 2012

Ridículamente imperfecta.

Perdiendo el sentido del ridículo. Pero.. qué es el ridículo mas que hacer, sentir, y decir lo que uno quiere.
Ridículo, es que se me ponga la piel de gallina al escuchar tu voz. Es recordar momentos que quizá ni pasaron, momentos que la fantasía convierte en realidad. Ridículo es pensar día y noche en lo ridículamente perfecta que eres. Es escribir (pensando) en ti. Soñar en tí. Fugarme en tí. Es echarte de menos y sentir que nunca fuiste mía. Es creer firmemente en que un día volaré a tu lado. Darme cuenta de que al cerrar los ojos siempre estás ahí. Aún en los peores días, los cierro, y siento que me abrazas. En tu abrazo la maldad se evade, aparecen las sonrisas, cosquillas. Aparece la prosa que rima por primera vez, sonetos, flautas, elixires..
No te imaginas lo feliz que quiero hacerte. Nunca olvidarme del día en el que no gritemos que una vez nos quisimos. Que nos conocíamos, que nos recordábamos, que éramos dos confidentes deseando luchar por la misma causa. 

Ridículo, al fin y al cabo.. es pensar que ese día existirá. Pero.. ¿Y si pasa? 
Ridículo es esperanza envuelta en miedos. Es borrar la valentía. Palabra y consuelo de cobardes.

Yo me aferro a mi ridícula cabeza de soñadora. Y me aferro a lo ridículamente perfecta que será nuestra vida cuando logremos esquivar los problemas. Esa vida, para mí, ya no es una posibilidad, es una certeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario