miércoles, 29 de febrero de 2012

"Y diles, vida mía, que el amor ya no se esconde...

...Va escogiendo su camino, va dejándose llevar."
Y quién diga que la amistad no es lo más importante en la vida: Miente. Hay amistades que son capaces de hacerte reir hasta dejarte un dolor de tripa que quita el hambre. Amistades que con dos palabras son capaces de sacarte de un pozo para irte reviviendo poco a poco, haciéndote resurgir de.. sí, exacto, de tus cenizas. También están esas amigas que te sonríen y dan la mano, aquellas que te besan el moflete de una manera tan fuerte que duele, pero que luego al mirarlas puedes ver en sus ojos que la felicidad que te aporta estar con ellas hace que ese estrujamiento de mejillas merezca la pena. Luego las que no conoces en persona, pero son capaces de preocuparse por ti tanto como las otras. Y a esa que no conoces en persona le has contado más que a todas las otras juntas, irónico, no? Además se encuentran las que sólo observan. No hablan. Sólo escuchan. Se sientan en una esquina y de vez en cuando sonríen. Esas en las que yo por alguna razón más confío, y a la que hoy he contado mi mayor secreto.
La amistad no es siempre confianza plena, porque quizá hasta que no confíe en mí misma nunca confiaré plenamente en nadie. Pero hoy para mí la amistad ha dado un paso más. Ha caminado hacia la comprensión, el cariño. Hacía el paño que ha quitado mis lágrimas y parte del miedo. La aceptación a mi mayor secreto.
Y gracias a esa amistad que conocí hace poco he aprendido que soy capaz de confiar y creer en mí y en otros mucho más. Porque no estoy haciendo nada malo, porque soy como soy, y porque hoy, sí puedo decir que soy capaz de AMAR LIBREMENTE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario