lunes, 27 de agosto de 2012

Delirio

Y voy directa al espejo. A mirarme, a observarme sabiendo que mi final ha llegado. Giro suavemente la cabeza, y no veo más que blanco. No veo más que vacío. De repente mis manos comienzan a escribir palabras aleatorias. "Rechazo", "Contradicción", "Nada". Cierro los ojos contrastando ese blanco con el negro en el que me envuelven mis párpados bajados. "Alivio". "Vida". "Todo". "Yo". De repente todo empieza  a volar. Cada frase, cada sentimiento, cada lágrima se quema. Sólo hay cenizas. Cenizas de lo que fui un día, cenizas en las que se convirtió esa bandera que clavé en tu corazón, márcandote con mi llegada. Son mentiras. Es todo mentira... todo mi imaginación. Abro los ojos y la luz me quema, noto como empequeñecen mis pupilas, y sale a relucir el brillo en mi cara. Borro cada palabra escrita en la pared, borro cada pensamiento, cada recuerdo. Te borro.
Y vuelvo a mirarme en el espejo. Estoy yo, de pie, como siempre. Desnuda, desprotegida, y por primera vez: Libre.

"Soy feliz" sonrío mientras mi lloro invade mi cuerpo. "Soy yo, la de siempre. No tengo nada, y soy feliz." Me digo mientras recorro de nuevo la blanca pared.

"Esta vez lograré callar al mundo. Lograré lo que me proponga. Porque soy yo, y sólo yo puedo hacerlo." Caigo, y despierto entre susurros.

El mundo ha desvanecido. Me observo, tirada y moribunda. Enciendo un cigarro y empiezo a consumirme mientras flashbacks sobre mi vida invaden la nostalgia. Más cenizas.

Ya no queda nada. Ya no estás. Ya he vuelto, vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario